La semana pasada se realizó la primera subasta del nuevo instrumento para la entrega de divisas, el Sistema Complementario de Administración de Divisas (SICAD). El proceso fue algo atropellado y hasta el último momento se realizaron cambios en el instructivo, aun así todavía quedan muchos detalles por aclarar. En mi humilde opinión el novedoso sistema trae consigo aspectos tanto positivos como negativos que a continuación compartiré con ustedes.
Antes de entrar en materia creo que vale la pena describirles los resultados de esa primera subasta. Es muy poco lo que se sabe desde fuentes oficiales, el único dato adicional a los iniciales de la subasta, fue el número final de empresas que fueron adjudicadas, 383. A través de consultas realizadas por Econométrica y por la utilización de simulaciones estadísticas pudimos estimar el precio de corte, el cual se ubicó alrededor de los 11 Bs/US$ y el precio promedio transado, el cual se aproxima a los 13-14 Bs/US$. Las empresas que solicitaron por arriba de ese precio de corte, les adjudicaron al precio al que ofertaron, es decir, si ofertaron a 17 Bs ese el precio que en definitiva obtuvieron por cada US$.
Lo bueno
Como pueden ver, el mismo precio de corte está muy por encima del precio del dólar oficial, y a pesar de los efectos en los costos de las empresas y por ende en la inflación, ese nuevo precio de la divisas es para mí, uno de los aspectos positivos del nuevo sistema. Creo que para muchos de los que leen estas líneas, les parece que un tipo de cambio a 4,3 Bs/US$ no se ajusta a la realidad inflacionaria de Venezuela, es un tipo de cambio muy sobrevaluado que privilegia de manera determinante a lo importado sobre el producto nacional. Esto también aplica para 6,3 Bs/US$. Un tipo de cambio más elevado tiene incidencias positivas, no en la cantidad de divisas que se entregan (oferta que depende de la cantidad de petróleo exportada y su precio) sino en el cómo se entregan esas divisas.
Un tipo de cambio más ajustado a nuestra realidad permite que las divisas sean dirigidas a los sectores y productos que de verdad requieren esas divisas y desalienta las actividades dedicadas a los proliferados negocios cambiarios. No es una acción muy popular por el efecto que va a tener en los precios, pero nos encamina a un proceso que busca sincerar la dinámica cambiaria.
El otro aspecto positivo tiene que ver con la potencialidad del sistema. Las características actuales son muy restrictivas (requerimiento de RUSAD, etc, etc, etc) pero abre las puertas a una flexibilización cambiaria. Por ejemplo, en un ejercicio de realizar escenarios probables, el sistema permitiría manejar varios precios de corte dependiendo del destino final de las divisas, es decir, imagínense que colocaran un precio de corte de Bs 17 a aquellas personas que deseen viajar; es claro que el precio es muy por encima del $ oficial, pero es menor al del mercado paralelo y además sería el comienzo de una vía de obtener $ de una manera legal y más oportuna. Aclaro que lo que acabo de plantear es un ejercicio de imaginación sólo para explorar la versatilidad potencial del SICAD.
Lo malo
En este ámbito creo que lo negativo es la discrecionalidad que maneja el sistema bajo las condiciones actuales. En las siguientes subastas es muy probable que la demanda supere con amplitud a las oferta, eso obliga a entregar divisas de manera racionada y por tanto debe haber discrecionalidad en la elección de las empresas beneficiadas. Esa discrecionalidad yace en las decisiones de muy pocas personas que tendrán que lidiar con la (imposible) tarea de escoger las empresas que en realidad traerán los productos que la sociedad necesita. Esto parece ignorar que está más que demostrado históricamente que un mercado bien regulado y supervisado es la manera óptima de asignar los recursos dentro de la sociedad. Por cierto, el mercado no es un invento del capitalismo, es una forma de interacción social mucha, mucha más antigua.
Otro aspecto negativo es la limitada información que tenemos alrededor de la subasta. Esa asimetría de información no ayuda a la formación de expectativas de las empresas solicitantes del SICAD. Como en otros aspectos de la vida económica, éstas tendrán que convivir con otra fuente de incertidumbre adicional a las que ya tienen. Esperemos que esa falta o limitada información mejore en las subastas venideras.
Lo feo
La exclusión del SICAD de un número importante de empresas que tenían acceso a SITME, es para mí lo más negativo del nuevo sistema. Muchas de esas empresas tienen una disminución o ausencia total de divisas desde octubre de 2012, momento a partir del cual SITME redujo de manera drástica la entrega de divisas para su posterior desaparición durante el anuncio de devaluación en febrero de este año. Para esas empresas la situación roza la gravedad y por los momentos sus problemas de operación siguen presentes.
Hay productos que eran traídos por SITME que son esenciales en diferentes instancias de la cadena de producción. Hasta que este elemento clave no esté resuelto, entonces el sistema tendrá un efecto limitado en la reducción de los problemas de escasez. Esperemos que esto sea considerado para futuras modificaciones que busquen incluir a este grupo de empresas. De más está aclarar que estamos de acuerdo en excluir a aquellas empresas que utilizaban SITME para actividades ilegales o especulativas.
Y por último, tal y como está planteado el SICAD, es muy reducido el efecto que éste pueda tener en bajar el precio del mercado paralelo. Por un lado, la misma Ley de Ilícitos pone obstáculos para un “ataque” frontal a dicho mercado, y por el otro, las restricciones del sistema impiden que haya filtraciones que puedan terminar como oferta en el mercado negro, hecho que sí ocurría en el antiguo SITME. Así pues, que para que haya un efecto significativo en el precio del “innombrable” son necesarias modificaciones en el SICAD y/o medidas complementarias a lo que tenemos hasta ahora.
A mi parecer faltan un grupo de decisiones por tomar que terminarán de encaminar la problemática cambiaria, así que no debe sorprendernos que una vez realizadas las elecciones del abril comencemos a enterarnos de anuncios importantes en esta materia. Así que debemos estar atentos.
Henkel García.
Director de Econométrica
runrun.es
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