El mayor reto de la fórmula económica implantada en Japón por
el presidente Shinzo Abe, consiste en revertir la tendencia que ha llevado al
país a acumular 15 años de deflación. Las medidas se configuran bajo la
denominación de “Abeconomía” o estrategia de “Las tres flechas”,
como el propio presidente ha denominado.
De momento está logrando unos resultados que sorprenden a la
comunidad internacional, al hacer que desde el cuarto trimestre de 2012 su PIB haya
seguido creciendo, mientras la mayoría de países han seguido encadenando caídas
más o menos moderadas. ¿Dónde está el secreto?
Una política ambiciosa
La caída de la demanda interna ha mantenido aletargado
al país del sol naciente durante años, pero la determinación de volver a
recuperar el esplendor logrado desde la refundación del sistema realizada tras
la segunda Guerra Mundial hasta comienzos de los años 90, podría
convertirse en el segundo “milagro” vivido en la zona.
El camino para lograrlo se define por un antiguo proverbio japonés: si
cogemos una flecha con la mano y tratamos de doblarla, veremos que no ofrece
gran resistencia antes de romperse, pero si agarramos varias al mismo tiempo
será prácticamente imposible doblar alguna de ellas. En otras palabras, la
fortaleza de un país se debe basar en las políticas integrales y en una
reestructuración profunda.
En el caso de la economía hablamos de tres flechas muy concretas:
fomentar la inflación mediante la acción del Banco Central de Japón, aumentar
el gasto público e implantar iniciativas que promuevan el empleo y la
inversión. Todas contienen algunas medidas solicitadas por muchas voces en el
seno de Europa.
Primera flecha
La primera flecha ha puesto en circulación una gran cantidad de
yenes, lo cual aplasta las tasas de interés y estimula el consumo interno,
aumentando los precios como consecuencia.
Con la ayuda del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, se
espera que la subida llegue a ser de dos puntos para revertir
el largo periodo deflacionista del país, aunque de momento no se ha llegado a
este ambicioso objetivo.
Por otro lado, la inyección masiva de yenes ya ha producido la devaluación
de la moneda en torno al 20%, lo cual aumenta la competitividad del país y
fomenta sus exportaciones, ya bastante relevantes. Sin duda, tener el control sobre
su moneda puede ser una ventaja decisiva, aunque cabe la posibilidad de que otras
economías sigan el mismo camino y se inicie una competencia feroz.
Segunda flecha
La segunda flecha es posiblemente la más controvertida, ya
que supone aumentar el endeudamiento del país mediante una fuerte
inversión pública, lo cual podría llevarles a un extremo insostenible. Hay
que destacar que actualmente la deuda supone un 230% de su PIB, un
índice mucho mayor al de países como Grecia (175%), pese a lo cual han estado
pagando la tasa de interés a diez años más baja del mundo (menor al 1% e
incluso negativa).
Esto ha sido posible gracias a que la fortaleza del Yen y la
continua deflación interna han producido un cóctel muy jugoso, al
hacer que el tipo interés de los bonos japoneses fuera más alto que su tasa
nominal. Ahora bien, al lanzar la primera flecha todo esto se puede tambalear,
ya que al debilitarse el yen y al fomentarse la inflación, los
inversores exigirán mayores tipos de interés, lo cual encarecerá el
endeudamiento del país y podría hacer que la segunda flecha no diera en la
diana.
Es una jugada arriesgada, sin duda, aunque por ello se plantea dentro
de una estrategia global donde todas las flechas son importantes. El
gasto público puede dirigirse a obras públicas, servicios públicos, etc… y se
estudia como un punto esencial para reactivar la economía pese
al riesgo comentado.
Tercera flecha
La tercera flecha va dirigida al empleo y es el punto
en el que actualmente se concentran más esfuerzos. Se pretenden aumentar los
salarios para fomentar el errático consumo interno, así como mejorar las
políticas de inversión que permitan la creación de puestos de trabajo, la mejor
introducción de las mujeres al mercado laboral, la mejora de la productividad,
la reactivación de centrales nucleares y que fomenten la inmigración.
Todas estas medidas se resumen en una palabra difícil de leer sin
escepticismo en esta época: “crecimiento”. De momento no han calado
profundamente en la economía real, pero el país si ha comenzado a experimentar
una recuperación del PIB y de la confianza que muchos observan con
expectación.
Son tres flechas que, según Abe, son indestructibles cuando están juntas
en nuestra mano, pero ahora quedará descubrir si seguirán estando
juntas cuando lleguen a la diana. Hará falta muy buena puntería.
Como hemos visto, la Abeconomía trata de solucionar un caso muy
específico como el de Japón y es difícil de extrapolar, sobretodo a
Europa donde los países miembros carecen de la independencia necesaria para
elegir con qué flechas se enfrentan a esta guerra llamada crisis.
German Rodríguez Udiz
http://www.actibva.com/magazine/economia/abeconomia-endeudamiento-devaluacion-e-inflacion-contra-la-crisis activbbva magazine
German Rodríguez Udiz
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