jueves, 17 de marzo de 2011

Hay que planificar las finanzas antes de morir

El tema es tabú y en general se evita este tipo de charlas en el seno de las familias. Sin embargo, puede resultar beneficioso y menos traumático para los deudos.

Mahatma Gandhi (1869-1948) escribió: vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir por siempre.

En general, todos evitamos hablar de la muerte. El solo hecho de pensar en nuestro fallecimiento o en el de los seres que amamos nos produce desazón y pesadumbre. Por eso, solemos considerarlo un tema tabú, y con excusas pueriles y supersticiosas, como, por ejemplo, que las palabras puedan atraer los hechos, lo relegamos al olvido. Y, así, día tras día, nos vamos preservando ante la angustia que nos provoca. En consecuencia, evaluar en el ámbito familiar un plan de contingencias ante la posibilidad del fallecimiento de alguno de los miembros de la pareja es un tema desagradable que, habitualmente, se tiende a evitar. Incluso quienes se consideran previsores, siempre dispuestos a proyectar el futuro y sus contingencias, también suelen ser renuentes cuando la muerte se trata…”

“…Sin embargo (….), aunque cueste hay que abordar el tema, porque lo eventual puede suceder y siempre es mejor tomar los recaudos con anterioridad.

Es importante, por lo tanto, que mientras ambos miembros del matrimonio gocen de buena salud, conversen sobre la contingencia del fallecimiento de alguno de los dos, ya que esto les permitirá aclarar su situación financiera presente y planificar los imprevistos.

Hacerlo a tiempo es fundamental, porque una vez instalada la posibilidad cierta de un deceso, las susceptibilidades y las negaciones se agudizan y los diálogos sobre el tema comienzan a dilatarse sin solución de continuidad.

La siguiente es una guía sobre los interrogantes que deberían clarificarse entre la pareja y con los hijos.

“… ¿Cuáles son los activos financieros del matrimonio?

Es muy importante identificar todos los activos con los que se cuenta y las deudas que se tienen, antes de comenzar a planificar el futuro eventual en el que uno de los dos no esté. En este aspecto se deben incluir tanto el efectivo, las propiedades, las cuentas de ahorro, como el ingreso que quedará disponible, y los seguros de vida.

¿Los activos son suficientes?

Una vez que se sabe de cuántos activos se dispone, aparecen las siguientes interrogantes: ¿Cuánto precisará el viudo/a para vivir?, ¿Cuánto dinero se necesitará inmediatamente luego del deceso?, ¿Cuánto será imprescindible para la educación de los hijos, si los hubiera, y para después de haberse jubilado?

Lo más recomendable es que cualquier déficit sea cubierto mediante un seguro de vida, cuyo monto, obviamente, será mayor cuanto menor sea la edad de los hijos.

¿En qué están invertidos los activos?

Es preciso dejar aclarada la situación de los activos de manera tal que ambos miembros de la pareja sepan la naturaleza de cada inversión….”

“… ¿Se deberían vender algunas de las inversiones?

La evaluación, no solo de la conveniencia de continuar con cada inversión, sino sobre si es adecuada para que cualquiera de los cónyuges la maneje también en el futuro, debe ser tenida en cuenta a los efectos de que no se transforme en un problema futuro.

¿Se podrá seguir con la empresa?

Posiblemente, si el encargado de administrar la empresa familiar fallece, a la otra parte le resulte muy difícil mantener el negocio….”

“…Una vez que se ha analizado el plan de contingencia, el próximo paso será plasmar (….) la voluntad post mortem de ambos cónyuges…”

Fuente: “Hay que planificar los activos antes de morir”. Marcelo Elbaum

REFLEXIÓN FINAL

En el artículo citado se destaca la importancia de planificar las finanzas antes de morir.

Por lo general, se evita hablar de muerte y de evaluar un plan de contingencia ante el fallecimiento de alguno de los miembros de la familia. Incluso, algunos de los más previsores suelen ser renuentes a la planificación.

Es importante elaborar una planificación y cubrir todas las contingencias que generalmente suceden con el fallecimiento de una persona clave dentro de la familia.

Hay temas que deben ser necesariamente previstos, como por ejemplo: ¿cuánto precisará el viudo/a para vivir?, ¿Cuánto dinero se necesitará inmediatamente luego del fallecimiento?, ¿Cuánto será imprescindible para la educación de los hijos, si los hubiera? ¿Existen activos líquidos disponibles en forma inmediata para los familiares sobrevivientes? ¿Alcanza el dinero para el pago de impuestos?, ¿La distribución de los activos se cumplirá de acuerdo a mi voluntad o se podrían ocasionar injusticias por la normativa aplicable?

Destacamos la cifra elevada de litigios que se suscitan en nuestras jurisdicciones latinoamericanas por problemas de dinero y como consecuencia del fallecimiento de una persona, para entender lo importante que es planificar todos estos aspectos.

Por todo lo expuesto, existe necesidad de planificar las finanzas junto con un asesor financiero de confianza y prever todo este tipo de contingencias a través de soluciones financieras adecuadas.

También, destacamos que la planificación sucesoria, esto es, la transferencia de los activos de manera ordenada y acorde a nuestra voluntad, es fundamental a la hora de hacer una distribución de activos de manera justa y contemplando los deseos del cliente, y reiteramos que existen herramientas adecuadas para satisfacer estas necesidades.

Tomado de.
AIVA WEALTH MANAGEMENT NEWS

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