Todo parece indicar que Bernanke ha dicho lo que tenía que decir para dar a entender que, por el momento, se acaban las nuevas rondas de flexibilización cuantitativa. Su discurso, que pueden leer aquí, menciona algunos temas que deberían ser determinantes en esta cuestión.
Comienza hablando del crecimiento, diciendo que no es satisfactorio pero, ¿es motivo para más estímulos? No lo parece, ya que da a entender que lo que vemos es fruto de lo que ocurre en Japón, y por lo tanto, junto a una moderación de los precios energéticos la economía podría volver a repuntar en algún punto de la segunda mitad del año. Por ello cree que la recuperación sigue su senda, sin prisa pero sin pausa. Podría hablar de China por ejemplo, pero no lo hace, Japón es la excusa perfecta para decir que lo que vemos es puntual y por tanto hay que seguir con los planes establecidos de “salida”.
Uno de los elementos más importantes en este sentido es el consumo. Como no podría ser de otro modo se fija en el desempleo y cree que seguirá mejorando lentamente gracias a unos balances por parte de las empresas más sólidos, todo ello a pesar de la construcción que justifica la lentitud de lo que vemos. Debido a la delicada recuperación que vivimos la consolidación fiscal debería de ser, en su opinión, lenta (guiño a Obama) y centrada en el largo plazo.
Vamos con la inflación, seguramente la cuestión más crucial. No cree que los altos precios energéticos se estén traspasando a la subyacente, por tanto si las materias primas se moderan, como parece que ocurrirá, la inflación será algo transitorio. Eso parecen demostrar también las razonables tasas de inflación esperadas por diversos indicadores como el mercado de bonos.
Cree que lo que vemos es fruto simplemente de la oferta y demanda con un protagonismo muy especial de los países emergentes y no por otras causas (sic), demostrado dicho comportamiento en que por ejemplo el gas natural no ha subido (como si los traders no prefiriesen apostar a favor de la oferta y la demanda). Si esto fuese fruto de las políticas monetarias laxas y por tanto de la caída del dólar, dice, los incrementos no habrían sido tan notables en las materias primas.
Respecto a la actual pérdida de valor de la moneda estadounidense argumenta que es fruto de deshacer posiciones del “flight-to-safety” porque las condiciones están mejorando. La balanza comercial es algo secundario aunque influiría al revés de cómo piensa la gente, ante unos mayores precios por ejemplo del petróleo, el déficit comercial se incrementa y por tanto el valor del dólar se reduce. Por tanto su objetivo debe ser controlar la inflación y así el valor del dólar.
Finalizando con la inflación. Si la subida de precios actual fuese guiada por la especulación y no por los fundamentales deberíamos de ver un aumento en los inventarios, debido a la restricción del consumo, no siendo así según los datos que maneja. Y si piensan como yo que la demanda es real, pero que el factor más importante es la política monetaria china en respuesta a la estadounidense están equivocados, ya que los emergentes tienen a su juicio numerosas herramientas para evitar el sobrecalentamiento.
Para terminar, las condiciones actuales permiten una política laxa por un amplio período de tiempo ya que la economía aún no crece a su potencial, por ejemplo habría que ver mejoras en el mercado de trabajo, y si las presiones inflacionistas apareciesen actuarán.
Tomado de.
cotizalia.com
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