El Gobierno griego trata de ultimar hoy los detalles de sus acuerdos con la troika y con la banca internacional para recibir más ayuda externa y una quita parcial de su deuda a cambio de más reformas y austeridad, para evitar una situación de quiebra.
La negociación está en una fase delicada, indicaron en la madrugada fuentes del gobierno, que agregaron que todo depende ahora de la decisión de los líderes políticos griegos.
“El acuerdo de los líderes políticos es necesario, pero no está seguro”, dijo a Efe en Atenas una de esas fuentes.
El primer ministro, el exbanquero Lukás Papadimos, se reúne a las 15.00 horas (13.00 GMT) con los líderes de los tres partidos que forman el gobierno de unidad nacional.
Por ahora, no están previstas reuniones ni con la banca internacional, representada por Charles Dallara, director del Instituto Internacional de Finanzas, ni con los representantes de la troika internacional.
“Estamos en un callejón sin salida” advirtió el ministro de Finanzas Evangelos Venizelos
En el encuentro, considerado como clave para llegar a un acuerdo con la troika, participarán el del socialista Pasok, Yorgos Papandreu, de la conservadora Nueva Democracia, Antonis Samarás, y del ultraderechista LAOS, Yorgos Karatzaferis, además del ministro de Finanzas, el socialista Evangelos Venizelos.
Los líderes políticos deben decidir si aceptan o no las condiciones exigidas por la “troika”, formada por la Unión Europea, el Banco central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
Los temas de fricción más importantes son la exigencia de la troika de una reducción drástica de los salarios en el sector privado, la reducción de los complementos de pensiones y numerosas medidas de reducción del gasto público.
Tanto los sindicatos como la patronal, y también el gobierno, advierten que la adopción de las medidas exigidas provocaría aún más recesión y alejaría la perspectiva de recuperación económica.
Los tres partidos que apoyan al gobierno, especialmente los conservadores y los ultraderechistas, han advertido que no firmarían un acuerdo con una reducción del salario mínimo y de los suplementos de pensiones.
Además la troika pide recortes del gasto público de 4.400 millones de euros, mientras el gobierno intenta llegar a un acuerdo para recortes de unos 2.000 millones de euros, para lo que invoca los datos económicos que muestran el déficit de 2011 entre 9,1% y 9,3%, por debajo del 10,5% esperado.
Ayer Venizelos había advertido de que “las negociaciones pueden llegar a punto muerto por casualidad, o, incluso, por malentendido”. Y había añadido que “por parte de los socios europeos hay mucha presión e impaciencia”.
EFE
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