sábado, 22 de septiembre de 2012

La diversificación de reservas tal vez no ayude al euro


En los últimos años, los directivos de bancos centrales han sido firmes partidarios del euro, usando cualquier oportunidad para diversificar sus reservas de divisas fuera del dólar. Pero la moneda única bien podría encontrar que su respaldo ahora se ha desvanecido.

En lugar de solamente comprar euros, como tal vez lo hicieron en el pasado, es más probable que los administradores de reservas internacionales estén interesados en otras monedas.

Como los bancos centrales del mundo ahora tienen cerca de US$10,5 billones de reservas para administrar, y que ese total podría comenzar a crecer rápidamente otra vez, podría haber mucho en riesgo para la moneda única.

La diversificación se vuelve particularmente importante en momentos de debilidad del dólar, un nuevo periodo en el cual la Reserva Federal bien podría haber dejado pasar su decisión de lanzar un mayor expansionismo de su política monetaria hace una semana.

El consenso general es que esta creciente liquidez en los mercados del dólar llevará a una caída generalizada de la moneda. En un esfuerzo por mantener sus propias monedas competitivas frente al dólar, otros bancos centrales mundiales tal vez ahora se vean forzados a comenzar a comprar dólares.

Brasil, por ejemplo, ya advirtió esta semana que la medida de la Fed posiblemente comience una nueva guerra de divisas de devaluaciones competitivas.

Este es el punto en el cual la diversificación se vuelve clave. En un esfuerzo por frenar la acumulación de reservas en una moneda que está por debilitarse aún más, léase el dólar, los administradores de reservas están enfrentados con la tarea de comprar otras divisas.

“Cuando existe riesgo, el dólar cae, se acumulan las pérdidas y las reservas crecen, quedarse de brazos cruzados no es una opción”, dijo Steven Englander, estratega primero de monedas de Citigroup en Nueva York, para describir el dilema de los banqueros centrales.

El problema para los bancos centrales en esta oportunidad es que el 85% de sus carteras de reservas están en dólares y euros. La primera es una moneda que bien podría continuar cayendo por ahora, y la segunda es una divisa que sigue atada en gran parte a la crisis de la deuda soberana.

Si los administradores de reservas confían en que la eurozona saldrá airosa, entonces posiblemente estarán preparados para diversificarse fuera del dólar hacia el euro como lo hicieron en el pasado.

Pero el euro no puede contar con esa confianza en esta oportunidad.

“La fe de los administradores de reservas en el euro probablemente se haya restaurado parcialmente, pero creemos que es posible que la diversificación se produzca vendiendo dólares frente a monedas más pequeñas de los países del G10, mercados emergentes y el euro, en tanto la eurozona no vuelva a una situación de crisis aguda”, dijo Englander.

Por supuesto, todo esto podría cambiar si la caída del dólar no es tan prolongada o tan profunda como muchos temen.

Pero, si lo es, el euro podría ver que no se beneficia para nada de los problemas del dólar como lo hizo en el pasado

WSJ de las Américas

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