Todo en China es superlativo. Sus cifras dejan en nada las de cualquier otro país, para bien y para mal. Eso puede estar ocurriendo ya con su burbuja inmobiliaria. Con el tamaño del país y su enorme población, ¿cómo puede ser la burbuja china y cómo de grandes las consecuencias de que se pinche? Eso preocupa a muchos, pero parece ser que no al Gobierno chino.
Analistas económicos llevan tiempo advirtiendo sobre el rápido aumento del precio de la vivienda en grandes ciudades chinas, y temen un estallido similar al sufrido en Estados Unidos o en países europeos en años pasados, uno de los factores de la crisis financiera internacional.
China sigue viviendo un enorme desarrollo económico, aunque no se vea correspondido con un desarrollo político y democrático. Animados por ese impulso, los chinos han construido en estos años centenares de ciudades en las que no vive nadie pese a estar dotadas de infraestructuras.
De ello se hacía eco hace unos días un reportaje de la CBS norteamericana. El ejemplo que se mostraba era el nuevo desarrollo este de la provincia de Zhengzhou, una de las más pobladas. Allí se ha levantado una ciudad fantasma compuesta de centenares de edificios que están vendidos pero no habitados.
¿Vendidos pero vacíos? Sí, porque son una inversión, la que está haciendo la creciente clase media china. Dado que no pueden invertir en el extranjero, los bancos no dan mucha rentabilidad y la bolsa es inestable, los chinos invierten en vivienda.
Vivienda y el negocio de la vivienda
En consecuencia, el precio de los pisos se ha triplicado en los últimos años. El sector inmobiliario tiene un peso en la economía de China de entre el 20% y el 30%. Así las cosas, que la enorme burbuja pinche debiera preocupar y mucho a las autoridades, pero el Gobierno chino no ve el mercado inmobiliario como un sector "vital" para la economía nacional.
Así lo ha asegurado el viceministro de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (equivalente a un ministerio de fomento), Zhu Zhixin, uno de los principales responsables de planificación económica del país.
"El punto principal es garantizar vivienda para las necesidades básicas, así como la demanda de casas para ciudadanos de bajos ingresos", ha explicado. Zhu en todo caso sí reconoce que la construcción sí es un sector importante para la economía nacional, pero no el posterior negocio de compraventa de vivienda.
El Gobierno chino ha tomado medidas para frenar la burbuja; por ejemplo, limitando la compra de segundas viviendas en algunas ciudades, mientras las estadísticas oficiales maquillan los grandes aumentos que se perciben en el precio del metro cuadrado de vivienda en urbes como Pekín o Shanghái.
Para frenar la especulación, desde abril existirá un impuesto del 20% del precio en la compra de la segunda vivienda. Ante la noticia, los chinos para evitarlo han optado por divorciarse, y dividir así las propiedades y poder venderlas sin impuestos.
tusmetros.com
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