jueves, 13 de junio de 2013

La Fed podría vaciar los depósitos del mercado petrolero

Hay una sombra que se cierne sobre los precios del petróleo con la forma de un gran depósito, y de un gran banco central.
En cerca de 394 millones de barriles, los inventarios comerciales de petróleo de Estados Unidos —sin incluir las reservas estratégicas de crudo— se encuentran en torno a sus mayores niveles desde comienzos de la década de los 80.
En parte, eso refleja el aumento del suministro estadounidense impulsado por el petróleo de esquisto; la producción local superó a fin de mayo las importaciones por primera vez desde enero de 1997. En su último informe mensual, publicado el miércoles, la Agencia Internacional de Energía, o AIE, proyecta que la producción estadounidense superará este año los 10 millones de barriles por día en promedio, lo que representa un aumento de 23% en solo dos años.
En tanto, la demanda interna es débil. La AIE espera que este año alcance un promedio de poco menos de 18,6 millones de barriles diarios, la tercera caída anual consecutiva. La tendencia de los estadounidenses de comprar autos de consumo eficiente de combustible y de conducir menos está frenando el consumo. En 2005, los estadounidenses consumían casi 21 millones de barriles por día.
Pero otro factor que ha mantenido altos los inventarios no tiene nada que ver con la producción o el transporte. Proviene de Washington.
Las refinerías y las firmas de negociación y comercialización de petróleo mantienen existencias disponibles para asegurar el abastecimiento de sus clientes. Las bajas tasas de interés, facilitadas por la política de flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal, hacen que sea más barato financiar esos inventarios. De hecho, esas bajas tasas pueden hacer que sea muy rentable comprar petróleo, almacenarlo y obtener un margen al vender futuros.
El economista del sector energético Phil Verleger estima que con tasas de interés de corto plazo en torno a 0,25% —casi en línea con la Libor— el costo para financiar el mantenimiento de las existencias hoy en día es cercano a dos centavos por barril al mes. En este momento, los futuros del petróleo a tres meses se negocian con una prima de aproximadamente 30 centavos el barril respecto del precio a la vista. Sobre esa base, suponiendo un apalancamiento de 90%, un inversionista podría comprar petróleo y venderlo a tres meses, con lo que obtendría una rentabilidad de 2,5% después de costos.
Puede que eso no parezca mucho. Pero es cinco veces el rendimiento de los títulos del Tesoro de EE.UU. a tres meses y no presenta dificultades para un operador de una firma de petróleo con acceso a capacidad de almacenamiento.
Sin embargo, el diferencial está disminuyendo con el transcurso del tiempo. En febrero, la diferencia era de alrededor de US$1 por barril, lo que implicaba un rendimiento durante tres meses de casi 10%. Mientras que los precios a la vista se han mantenido bastante estables en los últimos años, los futuros a mayor plazo han caído, lo que probablemente refleja las expectativas de una mayor oferta de EE.UU. y la aceptación de que la recuperación de la economía mundial será un asunto gradual y prolongado.
Lo positivo es que, a medida que suben los rendimientos de los bonos conforme el término de la flexibilización cuantitativa se vuelve una posibilidad más concreta, las ganancias en las operaciones de carry trade probablemente se contraerán aún más. La misma negociación descrita anteriormente a los actuales diferenciales, pero con un costo de financiamiento de 1%, genera un rendimiento en tres meses de menos de 0,7%.
A medida que este ajuste se vuelve más evidente, puede volverse autocomplaciente a medida que quienes poseen inventarios los venden con la expectativa de que los futuros caerán más. Esa liquidación añade nueva presión a los precios dado que incrementa la oferta disponible.
Digamos que 50 millones de barriles se liquidaron en el segundo semestre del año, lo que simplemente reduciría los inventarios estadounidenses a cerca de su promedio de cinco años. Ello correspondería a casi 274.000 barriles por día. Para poner eso en perspectiva, equivale a cerca de un tercio de la expectativa de la AIE para el crecimiento de la demanda global de petróleo este año.
En las últimas semanas, los rendimientos a subido a nivel mundial a medida que los inversionistas en bonos elevan sus expectativas de que la Fed sacará el pie del acelerador. Los inversionistas en petróleo no estarán inmunes.
WSJ

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