Los líderes de los países más desarrollados del G20, reunidos en Toronto, Canadá, se comprometieron a reducir a la mitad su déficit en los próximos tres años, sin que ello suponga un impedimento para la recuperación económica mundial.
Así lo anunció el primer ministro del país anfitrión de la cumbre, el canadiense Stephen Harper. Los países emergentes del grupo estarían exentos de la obligación de cumplir con ese compromiso.
Como apuntaron los expertos, la mayoría de los países más desarrollados del grupo ya se habían impuesto ese objetivo antes de la celebración de esta cumbre. El documento final apunta además que los mandatarios de los países ricos acordaron tomar las medidas necesarias para "estabilizar o reducir" la deuda pública en 2016.
Sin embargo, indica que el recorte del gasto público "debe ser a la medida de las circunstancias nacionales", "compatible" con el crecimiento y las medidas de estímulo, y al ritmo que cada cual estime oportuno.
Sin acuerdo en tasa bancaria
Harper apuntó que no se pudo alcanzar un acuerdo sobre la creación de un impuesto bancario global para financiar futuros rescates.
Los países emergentes se oponían al asegurar que sus entidades financieras no fueron las que provocaron la crisis mundial que comenzó en 2008. El primer ministro anfitrión anunció que el pacto incluye estabilizar la deuda pública en seis años.
Finalmente se acordó que cada país podrá decidir si instaura una tasa que los bancos deberían pagar para financiar el coste que supone para las arcas públicas una operación de rescate.
Según la experta en economía de la BBC Stephanie Flanders, sí hubo acuerdo en otros asuntos, como el compromiso explícito de pactar los niveles mínimos de capital para garantizar la solvencia de los bancos antes de la próxima cumbre, que se celebrará en Seúl en noviembre. Sin embargo, no se concretará hasta entonces cuáles serán esos niveles.
Como explicó el experto en economía de la BBC Andrew Walker, los países ricos estaban de acuerdo en la necesidad de estabilizar las finanzas públicas, tras el aumento de la deuda de los gobiernos provocado por la crisis financiera mundial.
Diferencias
Sin embargo, "había diferencias sobre cómo de rápido debe hacerse", dijo el corresponsal, que siguió la cumbre en Toronto.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, adviritió que recortes presupuestarios rápidos y profundos podrían ralentizar la recuperación económica.
Sin embargo, países europeos como Francia, Inglaterra o Alemania, ya habían tomado medidas para reducir sus déficits públicos. Por su parte, los países emergentes como Argentina y Brasil, mostraron su preocupación ante las consecuencias de esos recortes sobre sus economías, mayoritariamente dependientes de la exportación.
"En lugar de estimular el crecimiento prestan más atención a los ajustes fiscales, y si son exportadores, estarán haciendo su reforma a nuestra costa", aseguró el ministro brasileño, en representación del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ausente de la cumbre por las inundaciones en Brasil.
Zapatero defiende los ajustes como vía para lograr el crecimiento.
Semanas después de promover una reforma laboral y un durísimo plan de ajuste a costa, sobre todo, del gasto público, las pensiones y el sueldo del funcionariado, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, no se inclina verbalmente ni por reducir el déficit ni por priorizar el crecimiento. En la rueda de prensa concedida esta noche al final de la cumbre del G-20 en Toronto, Zapatero ha aunado conceptos y ha dicho que su Gobierno apuesta actualmente por la austeridad "para atajar el déficit y lograr el crecimiento".
En los hechos, Zapatero prima recortar el déficit y asegura que no vacilará a la hora de aplicar los ajustes aprobados en su economía porque la reducción del déficit es "imperiosa". También ha defendido la necesidad de realizar reformas estructurales para lograr un crecimiento "sin gasto público". El presidente aprobó hace un mes una reforma estructural para reducirlo hasta el 6% (desde el 11,2% actual) en dos años. "Mi objetivo es salir de la crisis", ha resumido. En términos parecidos se expresó el viernes en una entrevista con EL PAÍS el ministro alemán de Hacienda, Wolfgang Schaüble.
Además, Zapatero apuesta por la tasa bancaria para afrontar eventuales crisis de las entidades y reconoce la posibilidad de tener que ampliar el fondo de garantía de depósitos español, algo que "las entidades financieras seguramente no acogerán con gran entusiasmo" pero que deberán asumir por responsabilidad. "Lo que no puede ser es que ante una crisis del sistema sean otra vez los Estados con recursos públicos los que tengan que salir al rescate de esas entidades", explicó.
Obama: "EEUU no puede pagar más por la prosperidad mundial".
Después de años de haberse endeudado en demasía, los norteamericanos no podemos endeudarnos -y no lo haremos- pidiendo prestado para asegurar la prosperidad del mundo", afirmó el mandatario estadounidense, informó AFP. "Ninguna nación puede considerar que su camino a la prosperidad está allanado por las exportaciones hacia Estados Unidos", agregó el mandatario estadounidense.
Las declaraciones de Obama surgen en medio de la polémica sobre los incentivos versus ajustes fiscales o sobre tasas bancarias y flexibilización monetaria. La discusión es generada por la preocupación de una nueva recesión como por la de saber quién está en condiciones de asegurar en adelante la demanda, motor del crecimiento.
Los más solicitados son los países emergentes, que ostentan tasas de crecimiento envidiables para los europeos, obligados por la crisis de la deuda griega a buscar ante todo la recuperación de la confianza de los mercados mediante ajustes sin precedentes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Pero el ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, advirtió el sábado que esos ajustes, sobre todo si vienen de países fuertemente exportadores -y tal es el caso de Alemania- podrían tener serias consecuencias para los emergentes.
Los recortes significan que los países desarrollados en crisis apuestan a "ocupar los mercados de los emergentes que están creciendo más", declaró.
Las trincheras no oponen sólo a emergentes con industrializados.
China, que en 2009 se convirtió en el primer exportador mundial, flexibilizó la semana pasada su tipo de cambio, despegando el yuan del dólar, después de soportar un fuego cruzado de sus socios de todos los continentes, que la acusan de manipulación monetaria para favorecer sus intereses comerciales.
Pero del dicho al hecho, puede haber un largo trecho. Por eso Mantega instó el sábado a las autoridades chinas a acelerar el proceso de apreciación del yuan y Obama dijo este domingo que esperaba que China tome "en serio" su promesa de dejar fluctuar su moneda. "Mi expectativa es que ellos sean serios respecto a la política que ellos mismos anunciaron", afirmó.
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