miércoles, 1 de junio de 2011

¿“Y el plan de sucesión para cuando?”. Caso Empresas Familiares

“Que los buenos negocios de hoy no nos impidan los buenos negocios de mañana” decía Peter Drucker.

Estructurar un plan de sucesión es el mejor negocio que cualquier empresario puede hacer, pero, lamentablemente, las urgencias del día a día impiden que muchos se concentren en lo importante, que es el destino de la Compañía en el mediano y largo plazo.

Porque, debemos saberlo, un plan de sucesión no es para implementarlo en forma inmediata, de un día para otro, en caso de que el empresario titular fallezca en un accidente o decida abruptamente que no quiere seguir trabajando…”

“…un plan de sucesión está basado en circunstancias previsibles, y, justamente, dotan a la compañía de un sentido de estabilidad y permanencia.

Que los integrantes de la empresa sepan que las cosas importantes no están libradas al azar implica brindarles seguridad, darles la oportunidad de planificar su propio futuro en una organización que está preparándose para ser sólida en el largo plazo.

Que el éxito de la empresa no dependa de una sola persona, o de los integrantes de la actual generación, es uno de los requisitos fundamentales para el éxito y la continuidad.

Para poder hacer el plan de sucesión es necesario, antes que nada, identificar un tiempo en el cual es posible pensar en la empresa a largo plazo, sin estar agobiado por las decisiones del día a día. Por lo tanto, hay que destinar una cantidad de horas al mes, para que el proceso pueda llevarse adelante de la mejor manera…”

Fuente: ¿Y el plan de sucesión para cuando? Leonardo Giklin.

CASO PRÁCTICO
Roberto, latinoamericano, divorciado, de 54 años es el único dueño de una empresa que gira en el ramo de cosméticos. La empresa se encuentra bien posicionada en el mercado y genera una rentabilidad importante de manera anual.

El hijo de Roberto de 34 años de edad trabaja en la empresa desde hace 12 años y es encargado de administrar el negocio. Su hijo ha hecho crecer al negocio durante los últimos años.

Roberto en total tiene 3 hijos, uno de ellos trabaja junto a él en la empresa y 2 hijas mujeres, casadas y que trabajan cada una en sus propias profesiones: una como doctora y otra como contadora. Sus hijas nunca se han involucrado en el negocio del padre y no conocen tampoco la operativa de la misma.

Roberto quiere comenzar a planificar que sucederá con su negocio en caso de que ocurra su fallecimiento ya que una de sus principales preocupaciones financieras es que la empresa continúe funcionando aunque él ya no esté y que lo suceda una persona con experiencia en el ramo.

Por todo lo expuesto, Roberto quiere compensar a su hijo por todo el trabajo invertido en la empresa sin que esto sea una desventaja desde el punto de vista financiero para sus otras hijas.

Como solución entonces y luego de asesorarse con su asesor financiero de confianza ha decidido la compra de un seguro de vida que le permita dejarle dinero a sus dos hijas que no están involucradas en el negocio y las acciones de la compañía serán para su hijo que ha trabajado con él durante varios años en el negocio. De esta forma alcanzará uno de sus principales objetivos: lograr la continuidad de la empresa y equiparar hereditariamente a sus tres hijos.

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AIVA WEALTH NEWS

1 comentario:

Nestor dijo...

Muy bueno tu articulo. Estaré pendiente de los siguientes.

Saludos...