Christine Lagarde, directora del organismo, advirtió que aún se puede evitar, pero que ahora la capacidad de actuación es menor.
"Aún la podemos evitar. Las opciones de los gobiernos y los bancos centrales son menores que en 2009 porque ya han disparado gran parte de su pólvora. Pero si los distintos gobiernos, las organizaciones internacionales y los bancos centrales colaboran, evitaremos la recesión", argumenta la directiva.
Por eso, Lagarde, que accedió al puesto en julio pasado, insta a los países más afectados por la crisis a implementar medidas que fomenten el ahorro estatal y el crecimiento económico, con el objetivo de "evitar una inminente espiral descendente".
En Europa, en concreto, la francesa recomienda a las naciones más castigadas por la crisis de la deuda a que eleven el capital propio de sus bancos para reforzarlos. "En general, vemos la necesidad de que los bancos europeos sean recapitalizados para que sean lo suficientemente fuertes como para soportar los riesgos derivados de la crisis de la deuda y del débil crecimiento", dice.
Expertos del FMI señalaron recientemente en un informe que al sector financiero europeo le faltaban unos 200.000 millones de euros en sus balances de cuentas. "La insegura situación económica y la crisis de la deuda estatal han minado la credibilidad de los bancos", agrega Lagarde, ex ministra de Finanzas francesa.
La directora gerente del FMI evita posicionarse con respecto a la situación financiera concreta de Grecia e Italia, pero considera ‘dignas de aplauso’ las reformas acordadas el pasado 21 de julio en Bruselas, entre las que destaca la flexibilización del fondo de rescate europeo (Efsf).
Sobre Estados Unidos, Lagarde señala que su economía padece un ‘problema de confianza’. “Si Estados Unidos lanza un programa creíble a mediano plazo, posiblemente podría abandonar las medidas de austeridad de corto plazo e introducir algunas decisiones para impulsar el crecimiento”, añadió.
En cuanto a Alemania, advierte sobre los efectos de un posible enfriamiento de la demanda externa, pese a la actual salud de sus cuentas públicas y su notable crecimiento económico. “Si Alemana estimula la demanda interna, eso es bueno para la economía germana y para sus vecinos”, añadió al ser consultada si el país debería estimular la demanda.
portafolio.co
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