La nación socia de la OPEP declaró la Faja en "emergencia" en julio por tres meses para evitar los largos procesos de licitación, con el objetivo de acelerar el desarrollo de infraestructuras que le permitan incrementar su estancada producción e inaugurar multimillonarios proyectos petroleros con socios extranjeros.
La ley venezolana obliga a los entes del Estado a realizar concursos para asignar contratos de importación o servicios y establece que sólo es posible hacer asignaciones directas si existe una declaratoria de emergencia cuando esté amenazada la continuidad de una actividad.
"Sí, por otros tres meses", dijo la fuente, que pidió no ser identificada por no estar autorizada para declarar, cuando se le preguntó por la renovación de la emergencia operacional.
Venezuela confía en la Faja -una de las mayores reservas de crudo del mundo- para aumentar su declinante producción de crudo, que en el 2010 promedió 2,78 millones de barriles por día (bpd), su menor nivel desde 2002-2003 cuando un paro derribó la extracción petrolera.
Las empresas que operan en la Faja, como la española Repsol-YPF, la estadounidense Chevron y la italiana Eni, trabajan contrarreloj para bombear sus primeros barriles en 2012 como les ha pedido PDVSA, en medio de trabas administrativas y contratiempos.
En la víspera, el vicepresidente de PDVSA, Eulogio Del Pino, dijo a Reuters que la estatal Petrovietnam sería la primera firma en producir en la Faja este año en el campo que comparte con la firma venezolana.
En el 2007, PDVSA declaró en emergencia sus operaciones petroleras para acometer un plan extraordinario de incorporación de taladros que le permitió alcanzar en el 2008 un pico de producción.
Pero, desde entonces, la extracción de crudo ha caído lenta y sostenidamente, según las cifras que reporta el Ministerio de Energía, mientras PDVSA presiona a sus socios para cumplir los cronogramas de inicio de producción en nuevas áreas y revertir la caída en campos maduros.
REUTERS
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