La economía mundial se ha alejado del peligro y están surgiendo señales de estabilización desde la zona euro y EE UU, pero los altos niveles de deuda en los mercados desarrollados y los crecientes precios del petróleo son riesgos a futuro, dijo este domingo el FMI.
“La economía mundial puede estar en camino a su recuperación, pero no hay mucho espacio para maniobrar y no hay lugar para errores de política”, dijo la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en un discurso en Pekín.
Ella sostuvo que están surgiendo señales de estabilización que muestran que las acciones de política adoptadas como consecuencia de la crisis financiera mundial están funcionando, que los indicadores económicos de Estados Unidos parecen un poco más positivos y que Europa ha dado un paso importante hacia la resolución de su crisis con los recientes esfuerzos sobre Grecia.
“Gracias a estos esfuerzos colectivos, la economía mundial se ha alejado del precipicio y tenemos motivos para ser más optimistas. Sin embargo, el optimismo no debe tranquilizarnos y darnos una falsa sensación de seguridad. Aún hay grandes vulnerabilidades financieras y económicas que debemos enfrentar“, dijo Lagarde.
La jefa del FMI dijo que los aún frágiles sistemas financieros cargados con alta deuda pública y privada siguen siendo uno de tres grandes riesgos para las economías avanzadas y sostuvo que las necesidades de financiamiento del sector público y los bancos de la zona euro en 2012 equivalen a cerca de un 23 por ciento del PIB total.
“Segundo, los crecientes precios del petróleo se están convirtiendo en una amenaza para el crecimiento mundial. Y tercero, hay un creciente riesgo de que la actividad en las economías emergentes se desacelere en el mediano plazo”, afirmó.
Lagarde también dijo que el desempleo juvenil debería ser abordado y que todos los países deben perseverar con sus esfuerzos de política si los avances logrados en la estabilización de la economía mundial van a rendir frutos con mejores perspectivas a futuro.
Ella anticipó que las economías deben continuar con el apoyo macroeconómico y una política fiscal equilibrada, junto a reformas al sector financiero y modificaciones estructurales e institucionales para reparar el daño provocado por la crisis, y que deben mejorar su competitividad.
En tanto, las economías emergentes deben calibrar sus políticas macroeconómicas para protegerse de las consecuencias de la crisis en las economías avanzadas y para mantener bajo control las presiones inflacionarias.
Reuters
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