América Latina crecería 3,6% en 2012 si Europa evita una crisis y China, la aspiradora de las materias primas que exporta la región, se desacelera moderadamente, dijo este domingo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Brasil y México, las principales economías de la región, crecerían cerca del promedio estimado y por debajo de 5,4% de la región en los últimos dos años, destacó el banco en un informe divulgado en la apertura de su asamblea anual, que se realiza en Montevideo.
El pronóstico de crecimiento para la región se ubica levemente por debajo del cálculo de la Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL), que espera una expansión superior a 3,7% previsto con anterioridad.
Bajo un escenario de riesgos, el BID resaltó que si los problemas de Europa se agravan y el crecimiento de China se reduce más severamente de lo esperado, Estados Unidos podría verse arrastrado a una nueva recesión, lo que afectaría a la región más profundamente.
El informe destacó que la dependencia de las exportaciones de materias primas de la región es muy alta. Según el BID, si China se expande más lento los precios de los metales son más vulnerables que los de los cereales exportados por la región, lo que implica que países como Perú y Chile podrían resultar más afectados.
"Puede que los precios de los cereales también disminuyan, a pesar de que los riesgos en este caso parecen estar más contenidos debido a cambios más permanentes en la estructura de la demanda china", dijo el estudio del BID.
Mayores reservas. Con todo, la entidad multilateral destacó que la región cuenta con mayores saldos de reservas internacionales y un conjunto de políticas monetarias no convencionales para responder al complejo escenario externo.
No obstante, sugirió que los países latinoamericanos deberían pensar en fortalecerse ante riesgos de corto plazo "quizá empleando instrumentos de cobertura financiera", a la manera de Chile, que ha invertido ganancias por altos precios del cobre en títulos de renta fija emitidos por economías desarrolladas.
A diferencia de Europa, el organismo resaltó que en la región ha disminuido la probabilidad de que los riesgos latentes en los sistemas financieros se conviertan en problemas más graves.
"A medida que disminuye el crecimiento del crédito, convendría que se monitoree la calidad de las carteras de préstamos de los bancos y otras instituciones financieras para poder actuar con rapidez en caso de que surjan problemas", dijo el BID.
La entidad destacó que si bien los niveles actuales de capital de los bancos parecen sanos, a medida que continúe la venta de activos en la región por parte de instituciones internacionales, especialmente de Europa, podrían surgir restricciones crediticias.
"Puede que a las autoridades les convenga monitorear la liquidez para garantizar que no haya perturbaciones en los mercados locales si la situación se deteriora", resaltó la institución.
Reuters
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