No es un QE3, pero también servirá para alentar el ánimo de los
inversores. La Reserva Federal sigue reticente a imprimir más dinero, pero hoy
ha decidido prorrogar la Operación Twist, un programa para canjear deuda
a corto plazo (de 3 años o menos) por deuda a largo (con vencimientos entre 6 y
30 años) que concluía a finales de mes. El programa se extenderá hasta finales
de año, según
el comunicado difundido por el organismo.
Además, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed ha decidido
mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%,
donde permanecen sin cambios desde diciembre de 2008.
La Fed decidió resucitar esta operación, el programa que empleó en la década
de 1960, para tratar de reanimar la economía, el pasado mes de septiembre.
Lo hizo con la intención de
mantener bajo control los tipos de interés a largo plazo y mejorar las
condiciones de financiación. Y, a diferencia de las expansiones cuantitativas,
los llamados QE1 y QE2, no implica la creación de dinero
nuevo.
Hace nueve meses decidió vender un paquete de 400.000 millones de dólares
a corto plazo para adquirir bonos a largo plazo por la misma cantidad, cifra que
en esta ocasión será de 267.000 millones de dólares.
Así pues, la decisión sobre si aplicar o no un QE3, se aplaza entonces
hasta la próxima reunión de dos días fijada para el 31 de julio. Dependerá de
cómo avance la economía. La Fed insiste en que EEUU continúa
expandiéndose a un ritmo moderado, por lo que no ha cerrado en ningún
momento la puerta a aplicar una tercera ronda de estímulos, que en ningún caso
superará los 600.000 millones de dolares, según los expertos, si la situación
así lo requiere.
En mayo, el gobierno estadounidense revisó a la baja la tasa de
crecimiento económico del primer trimestre del año del 2,2% al 1,9%, y el
desempleo se elevó por primera vez en once meses, una décima, hasta el 8,2%.
Estos datos han provocado que algunos miembros de la Fed hayan
vuelto a considerar la aplicación de más medidas de estímulo.
A las dudas sobre la frágil recuperación de EEUU se ha unido el repunte de
las tensiones financieras en la zona euro, donde varias economías europeas se
encuentran además en recesión.
El propio presidente de la Fed, Ben Bernanke, señaló recientemente que en el
encuentro de dos días del Comité de Mercado Abierto no se descarta "ninguna
opción", aunque mantuvo la precaución.
"Si decidimos que son necesarias nuevas medidas, entonces deberemos
decidir cuáles son las apropiadas o qué comunicación es la apropiada.
Tenemos opciones que podemos considerar", explicó ante un comité del Congreso
acerca de la reunión de la Fed de este 19 y 20 de junio.
En el comunicado, la institución presidida por Ben Bernanke también mantiene
su compromiso de mantener los tipos de interés en niveles "excepcionalmente
bajos" al menos hasta finales de 2014.
La decisión de mantener la política monetaria contó con el voto a favor de
todos los miembros del comité a excepción de Jeffrey M. Lacker, quien se opuso a
la decisión de prorrogar la Operación Twist hasta diciembre.
No es un QE3, pero también servirá para alentar el ánimo de los
inversores. La Reserva Federal sigue reticente a imprimir más dinero, pero hoy
ha decidido prorrogar la Operación Twist, un programa para canjear deuda
a corto plazo (de 3 años o menos) por deuda a largo (con vencimientos entre 6 y
30 años) que concluía a finales de mes. El programa se extenderá hasta finales
de año, según
el comunicado difundido por el organismo.
Además, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed ha decidido
mantener los tipos de interés en un rango objetivo de entre el 0% y el 0,25%,
donde permanecen sin cambios desde diciembre de 2008.
La Fed decidió resucitar esta operación, el programa que empleó en la década
de 1960, para tratar de reanimar la economía, el pasado mes de septiembre.
Lo hizo con la intención de
mantener bajo control los tipos de interés a largo plazo y mejorar las
condiciones de financiación. Y, a diferencia de las expansiones cuantitativas,
los llamados QE1 y QE2, no implica la creación de dinero
nuevo.
Hace nueve meses decidió vender un paquete de 400.000 millones de dólares
a corto plazo para adquirir bonos a largo plazo por la misma cantidad, cifra que
en esta ocasión será de 267.000 millones de dólares.
Así pues, la decisión sobre si aplicar o no un QE3, se aplaza entonces
hasta la próxima reunión de dos días fijada para el 31 de julio. Dependerá de
cómo avance la economía. La Fed insiste en que EEUU continúa
expandiéndose a un ritmo moderado, por lo que no ha cerrado en ningún
momento la puerta a aplicar una tercera ronda de estímulos, que en ningún caso
superará los 600.000 millones de dolares, según los expertos, si la situación
así lo requiere.
En mayo, el gobierno estadounidense revisó a la baja la tasa de
crecimiento económico del primer trimestre del año del 2,2% al 1,9%, y el
desempleo se elevó por primera vez en once meses, una décima, hasta el 8,2%.
Estos datos han provocado que algunos miembros de la Fed hayan
vuelto a considerar la aplicación de más medidas de estímulo.
A las dudas sobre la frágil recuperación de EEUU se ha unido el repunte de
las tensiones financieras en la zona euro, donde varias economías europeas se
encuentran además en recesión.
El propio presidente de la Fed, Ben Bernanke, señaló recientemente que en el
encuentro de dos días del Comité de Mercado Abierto no se descarta "ninguna
opción", aunque mantuvo la precaución.
"Si decidimos que son necesarias nuevas medidas, entonces deberemos
decidir cuáles son las apropiadas o qué comunicación es la apropiada.
Tenemos opciones que podemos considerar", explicó ante un comité del Congreso
acerca de la reunión de la Fed de este 19 y 20 de junio.
En el comunicado, la institución presidida por Ben Bernanke también mantiene
su compromiso de mantener los tipos de interés en niveles "excepcionalmente
bajos" al menos hasta finales de 2014.
La decisión de mantener la política monetaria contó con el voto a favor de
todos los miembros del comité a excepción de Jeffrey M. Lacker, quien se opuso a
la decisión de prorrogar la Operación Twist hasta diciembre.
¿Qué es la 'Operación Twist'?
Es una medida que se basa en cambiar los títulos de deuda inferior a tres años por activos a 6 y 30 años, una decisión que la Reserva Federal no tomaba desde hace más de medio siglo. La cantidad canjeada será de unos 290.000 millones de euros, 400.000 millones de dólares. Esta decisión no implica inyectar dinero en la economía estadounidense, algo que traería consigo el aumento de la inflación. Según afirmó Ben Bernake, el programa estará en marcha hasta junio de 2012.
¿Qué se busca con esta decisión?
El objetivo de la Fed es rebajar la rentabilidad de la deuda estadounidense, y animar así a los inversores a destinar su dinero en empresas y otros activos más rentables. El rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense se sitúa en la actualidad en su nivel más bajo, en un 1,88%. Se pretende además mejorar el flujo del crédito en el país, que ya mantiene el precio del dinero muy bajo, en el 0,25%.
¿Qué ventajas tiene?
Con este canje de bonos la Fed logrará mantener a la baja la perspectiva de los títulos estadounidenses. Se trata de 'apartar' a los inversores de la deuda estadounidense como valor refugio, y estimular el flujo sin tener que inyectar dinero en la economía estadounidense. Con ello se consigue que no aumente el tamaño de su balance, que asciende ya a 2,85 billones de dólares.
Reuters
AmericaEconomia
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