El avance de JPMorgan tras la comparecencia de Jamie Dimon en el Senado de EE.UU. no evitó hoy que Wall Street se tiñera de rojo, agobiado por los datos que ponen en entredicho la fortaleza de la mayor economía mundial y los temores importados desde Europa a la espera de las elecciones griegas.
El Dow Jones de Industriales terminó la jornada como la había empezado, con una tendencia bajista que le arrebató finalmente el 0,62 % o 77,42 puntos, con lo que acabó en las 12.496,38 unidades.
Muy parecidas fueron las cosas en los otros dos principales indicadores de Wall Street: el selectivo S&P 500 perdió el 0,7 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq el 0,86 %.
En los primeros minutos de las contrataciones los inversores neoyorquinos optaron por las ventas después de ver con gran decepción la difusión de varios datos macroeconómicos peores de lo previsto en Estados Unidos.
Por un lado, las ventas de los minoristas retrocedieron el mes pasado el 0,2 %, afectadas en buena parte por la segunda reducción mensual consecutiva del gasto de los consumidores, al tiempo que las cifras de abril fueron revisadas a la baja, hasta mostrar también un descenso del 0,2 %.
Por otro, el índice de precios de productor (IPP) de Estados Unidos bajó el 1 % en mayo, la mayor caída que registra desde julio de 2009 y motivada en parte por el descenso de los precios de la gasolina.
Las noticias echaron más leña a las dudas sobre la recuperación económica estadounidense, que se hicieron más evidentes con los últimos datos de desempleo al subir la tasa de paro hasta el 8,2 %.
También habían tenido que ver en el rumbo bajista de la jornada las persistentes preocupaciones procedentes del otro lado del Atlántico, en concreto las que genera la cita con las urnas que tienen los griegos este domingo, en las que está en juego la permanencia del país en la zona euro.
Los miedos aumentaron después de que los conservadores de la Nueva Democracia (ND) prometieran que renegociarán las duras condiciones del plan de rescate financiero a Grecia, aunque declararon que el país debe permanecer en el euro.
España seguía también en el punto de mira de Wall Street en una jornada en la que los mercados no le dieron tregua y provocaron que la rentabilidad de los bonos a diez años tocara un nuevo máximo de la era euro, lo que incrementaba además los temores a un contagio de la crisis hasta Italia.
Todo ello había ocasionado que el parqué neoyorquino empezara con mal pie la jornada, una tendencia que tan solo se vio interrumpida momentáneamente cuando el consejero delegado de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, comenzó su tranquilizadora comparecencia ante el comité bancario del Senado.
Allí explicó los errores que llevaron a que el banco perdiera de un plumazo más de 2.000 millones de dólares con sus operaciones de derivados, pero aseguró que aquello fue un "incidente aislado" y que las próximas cuentas del banco serán sólidas.
Las declaraciones de Dimon consiguieron que las acciones del banco aumentaran más del 3 % e impulsaron al sector financiero en su conjunto, pero la alegría duró poco y no fue suficiente para sostener a Wall Street sobre el terreno positivo hasta el final de la sesión.
El ánimo vendedor se intensificó después de que la agencia de calificación Egan Jones anunciase una rebaja de la nota de la deuda de España, una decisión que fue secundada después del cierre por Moody's, que degradó a España en tres escalones, hasta "Baa3", a un solo paso del "bono basura".
Desde el ámbito empresarial brilló el grupo informático Dell, que ganó el 2,55 % impulsado todavía por su anuncio de empezar a repartir un dividendo trimestral entre sus inversores por primera vez en su historia, de ocho centavos.
El petróleo de Texas bajó 0,84% y cerró en 82,62 dólares por barril. El precio del Brent se mantuvo prácticamente estable, al bajar sólo 0,01%.
Al cierre de la tercera sesión de la semana en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), los contratos de futuros del Petróleo Intermedio de Texas (WTI) para entrega en julio restaron 70 centavos al precio de cierre del martes.
El llamado "oro negro" se depreció todo lo que había recuperado la jornada anterior en un día en que se anunció un descenso de 0,2% de las ventas de los minoristas en EEUU y de 1% del índice de precios de productor de EEUU en mayo.
Por otro lado, los contratos de gasolina con vencimiento en julio no registraron cambios por tercer día consecutivo y cerraron en 2,65 dólares por galón (3,78 litros), tras conocerse que sus reservas bajaron en 1,7 millones de barriles (0,8 %) hasta 201,8 millones.
Mientras, los contratos de gasóleo para calefacción también para entrega en julio restaron 1 centavo, hasta 2,61 dólares por galón, tras conocerse que sus inventarios se mantuvieron estables en 120 millones de barriles.
A falta de que se conozca mañana el estado de sus reservas, los contratos de gas natural con vencimiento también en julio restaron cinco centavos para terminar la sesión en 2,18 dólares por cada mil pies cúbicos.
Brent
El precio del barril de Brent se mantuvo prácticamente estable, al bajar sólo 0,01% al cierre del mercado de futuros de Londres, hasta los 97,13 dólares, entre los temores sobre el futuro de la zona euro.
El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, para entrega en julio concluyó la sesión en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) con un ligero descenso de 0,01 dólares respecto a la jornada anterior, cuando cotizó a 97,14 dólares.
Durante la sesión de hoy, el Brent alcanzó un máximo de 98,38 dólares y un mínimo de 96,67 dólares.
Reuters.
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