El desenvolvimiento del sector manufacturero es cada vez más discreto. Aunque este año el Producto Interno Bruto (PIB) recuperará lo perdido durante los seis trimestres de recesión entre 2009 y 2010, la industria todavía no alcanzará al cierre del año el nivel que obtuvo para el 2008. A estos datos se suman las perspectivas de estancamiento.
Para el tercer trimestre de este 2012 la manufactura creció 3%, un ritmo por debajo del 5,2% que se aceleró toda la economía en comparación con el mismo período del 2011. Cuando se observa el acumulado entre enero y septiembre también hay un ligero avance de 2% en la industria frente al año pasado, pero igualmente muy por debajo del 5,6% del PIB total, de acuerdo a los datos del Banco Central de Venezuela (BCV).
Pero si la comparación se hace con respecto al 2008, año cuando la economía tocó su punto más alto antes del 2012, se obtiene que en los primeros tres trimestres del año la actividad manufacturera está 3,8% por debajo de aquel momento. La tendencia apunta a que el último trimestre de este año no será suficiente para revertir el dato, pues el sector tendría que crecer al menos en 20% para que se pueda alcanzar el nivel de hace cuatro años.
Esta realidad que vive la industria la ha llevado a perder espacio dentro del PIB total. Para el 2000 la actividad manufacturera tenía un peso de 17% dentro de la economía, y actualmente bajó a 14,37%. Por el contrario, sectores como el de servicios del Gobierno pasaron de 10,18% a 11,7%, o la actividad comercial incrementó su peso de 8,49% a 9,78%.
Trabas para la industria
Múltiples son las razones que operan como piedra de tranca para el desempeño de la manufactura. Entre las principales se encuentran el tipo de cambio sobrevalorado, la dificultad en el acceso a las divisas para importar materias primas y equipos, así como la disponibilidad de materias primas nacionales provenientes de las empresas básicas de Guayana.
En la encuesta de coyuntura de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) para el tercer trimestre el 82% de los agremiados señalaron que el principal problema que impide elevar la producción es el acceso a materias primas desde la CVG y Pequiven.
Los retrasos en la liquidación de las divisas por parte del BCV es otro de los puntos que afectan el comportamiento del sector industrial. Carlos Larrazábal, presidente de Conindustria, ha dicho que los retrasos oscilan entre 120 y 150 días en el desembolso de los dólares, e incluso habló de casos que llegan a 180 días.
Estos retrasos comprometen los pagos a proveedores, cuyas líneas de crédito hacia el país se encuentran copadas, según han reportado los empresarios. Si las cancelaciones de los compromisos en el exterior no se hacen efectivas en las próximas semanas las empresas tendrán dificultades para reponer los inventarios que se han estado utilizando para hacer frente a la demanda de finales de año.
Larrazábal ha advertido que de no reponerse los inventarios podría presentarse un escenario de desabastecimiento para los primeros meses del 2013.
Tipo de cambio competitivo
Si bien las divisas por un lado son necesarias para las industrias, por el otro es uno de sus principales enemigos.
El tipo de cambio sobrevaluado de 4,3 bolívares por dólar desde diciembre del 2010 provoca que con el pasar de los meses las importaciones sean cada vez más económicas que producir en el país. Esta constante que se presenta por el control de cambio genera que los precios de los productos nacionales pierdan competitividad ante los importados.
Es por ello que Conindustria ha sugerido que la tasa oficial suba a 7,68 bolívares, una cifra que toma en cuenta la inflación de los socios comerciales de Venezuela y expresa el verdadero poder de compra del bolívar.
Ender Marcano
El Universal.
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