Microsoft se enfrenta este jueves a un duro examen. La compañía dará cuentas de su evolución en el trimestre que concluyó a final de diciembre, que incluye la decisiva campaña de Navidad. Además, es el primero en el que se incluye a Windows 8, su tableta Surface y Windows Phone 8. El grupo ha visto como la confianza de los inversores ha decrecido. En el último año, sus acciones acumulan un descenso superior al 8%, frente a una subida del Nasdaq Composite del 12%. Así que deberá convencer de que su estrategia va en la línea adecuada.
Mientras llegan las cuentas, y se conoce qué pasa con su entrada en Dell, algunas publicaciones financieras de EE UU ponen en duda la capacidad de crecimiento de Microsoft. Un demoledor artículo en Forbes del analista Adam Hartung advierte cómo, pese a los esfuerzos de la compañía, la gente prefiere los dispositivos de Apple y los basados en Android de Google.
Las tabletas y los smartphones se está comiendo el mercado de los PC y Microsoft sigue sufriendo las consecuencias. Concretamente, Hartung cita a los analistas de UBS, que calculan que las ventas de Surface fueron el 5% de las ventas del iPad. Algo muy negativo para Windows 8, pilar sobre el que Ballmer a depositado el futuro de la compañía.
Hartung aseguró que "el monopolio" que disfrutó Microsoft en la informática personal "se ha evaporado". Según IDC y Goldman Sachs, la compañía ha pasado de dominar un 95% de ese mercado en 2005 a tener un 20% en 2012. Estas fuentes apuntan que hace siete años se vendían 55 dispositivos con Windows por cada terminal de Apple, pero la explosión en ventas de esta ha rebajado ese múltiplo a dos.
"El deseo de actualizar los productos de Windows ha desaparecido. XP tiene aún un 40% del mercado de Windows e incluso Vista, con un 5,7%, tiene más usuarios que Windows 8, que solo ha alcanzado un 1,75%", insiste Hartung, para quien Microsoft tiene grandes retos, pues hoy más del 75% de sus beneficios vienen de Windows y de Office.
La era post-PC también ha tenido otras consecuencias negativas para Microsoft. Al crecer el uso de tabletas y smartphones, también su navegador Internet Explorer ha perdido fuerza frente a Chrome o Safari.
"Microsoft se está convirtiendo en un jugador secundario (...) No va a hundirse mañana, porque su soporte consiste en contratos a largo plazo con un mundo corporativo que se niega a evolucionar, pero cada día más empresas se encuentran en un escenario en el que sus trabajadores optan por utilizar sus propios dispositivos en lugar de los que la empresa se empeña en suministrar", comenta en su blog Enrique Dans, profesor de tecnologías de la información del IE.
Dans coincide con Hartung en que la mala gestión de Ballmer "ha condenado a Microsoft a la irrelevancia". El analista de Forbes, que apunta que el consejero delegado no ha centrado a la compañía en negocios que podrían haber resultado más exitosos, vaticina que la firma podría vender su negocio de Xbox y despedir entre el 50% y el 60% de su plantilla en tres años.
cincodias.com
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