Sector Financiero de Lima |
Hasta hace poco, la mayoría de los inversionistas que buscaban inyectar dinero
en América Latina tenían opciones relativamente simples: Brasil, México o tal
vez Chile.
Eso ha cambiado. Un nuevo grupo de países en la región está surgiendo como
una alternativa viable. Caracterizados por una población joven, clases medias en
crecimiento, una deuda relativamente baja y una dinámica expansión económica,
estos países están preparados para quedarse con una participación más grande del
crecimiento de la región y atraer más dinero de los inversionistas
internacionales.
Colombia y Perú se destacan entre estos "nuevos tigres" latinoamericanos
gracias a un crecimiento rápido y continuo. Sus monedas son sólidas y estables,
han logrado controlar la inflación, sus calificaciones de crédito son más altas
que las de sus vecinos y sus gobiernos han mostrado voluntad de actuar cuando el
entorno se deteriora.
"Hasta ahora nos ha ido bien, sorprendentemente bien", dijo Juan José
Echavarría, codirector del Banco de la República, el banco central de Colombia.
Los dos países han disfrutado de un auge. El año pasado, Colombia creció 5,9%
y Perú 6,9%. Para 2012, se espera que el PIB de Colombia se expanda 4,7% y el de
Perú 5,5%, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Los dos países también gozan de grado de inversión según Fitch, Moody's y
Standard & Poor's. Únicamente Chile se ubica por encima de ellos en la
región y sus calificaciones los ponen a la par de Brasil y México y algunos
países europeos como Italia e Irlanda.
Aunque Brasil, Chile y México aún poseen una nota de crédito robusta, un
comercio más diverso y mercados de capital más fuertes, ya no muestran muchas de
las características de "mercados emergentes" que alguna vez los hicieron los
consentidos de los inversionistas internacionales interesados en la región.
Cabe aclarar que Colombia y Perú no están libres de riesgos. El auge de las
materias primas ha impulsado las dos economías durante la década más reciente,
por lo que los dos países son vulnerables a un potencial declive de los precios
de la energía y los metales, lo cual ya ha empezado. Pero apuntalamientos
positivos en los dos países podrían ayudarlos a resistir un declive de largo
plazo en los commodities, si llega a ocurrir.
El camino de Perú hacia el crecimiento
Después de sufrir una hiperinflación y crisis, Perú empezó a abrir su
economía y a implementar reformas a comienzos de los años 90. Empresas estatales
fueron privatizadas y las barreras a la inversión fueron eliminadas. Esto
preparó el terreno para el actual auge económico.
Sus vastos depósitos de oro, plata, cobre, zinc y otros metales han atraído
millones de dólares en inversión de mineras internacionales. Este sector es
clave también en los ingresos fiscales del gobierno y las exportaciones. Aunque
desde 2006, la economía ha sido impulsada por la inversión privada en sectores
como el de servicios, construcción, manufacturero y minero, según Guillermo Arbe
Carbonel, economista de Scotiabank en Lima.
"No tenemos desequilibrios macro así que hay confianza. Tenemos un auge de
inversión que es el más amplio que haya visto", añadió. El economista anotó que
el factor económico más importante en Perú es la "recreación de la clase media",
que a su vez ha impulsado el consumo.
Los relucientes edificios de oficinas en el distrito financiero de San Isidro
son una prueba de esta nueva prosperidad. Pero los "pueblos jóvenes", como se
conocen a los barrios más pobres de la capital, cuentan otra historia. Aunque no
hay duda de que el auge económico ha liderado una reducción dramática de la
pobreza, cerca de 30% de la población aún es de bajos recursos, especialmente en
áreas rurales.
"Cualquier golpe externo podría devolver a la población por debajo de la
línea de pobreza", anotó Hugo Perea Flores, economista de BBVA Continental en
Lima.
En algunas partes del país, como la zona norte de Cajamarca, la población
local se ha opuesto a proyectos de minería propuestos por empresas extranjeras.
Aunque conflictos sociales de este tipo son aislados, han planteado un desafío
importante para el gobierno del presidente Ollanta Humala.
"Nadie en Perú está peor que hace 20 años", dijo Juan Carlos Odar, economista
del Banco de Crédito en Lima. Sin embargo, peruanos en algunas regiones rurales
pobres no han visto los beneficios de la expansión, añadió.
Otro problema del país es la debilidad de las instituciones, una
infraestructura inadecuada y una economía informal muy grande.
Colombia tiene un respiro
La guerra civil de Colombia terminó más recientemente que la de Perú. De
hecho, el enfrentamiento con las Farc sigue activo, al igual que el tráfico de
drogas. Pero gracias al fortalecimiento del ejército, la reducción de los actos
terroristas y el secuestro y la persecución de los capos del narcotráfico,
Colombia parece haber convencido a los inversionistas extranjeros que los
cambios son duraderos.
La expansión del país tiene mucho que ver con la reducción de la violencia.
Como Perú, la economía de Colombia ha sido empujada por el auge en las materias
primas. Pero a diferencia de su vecino, Colombia no depende tanto de los
metales, y a cambio tiene una importante contribución de la energía y la
agricultura.
Si el gobierno consigue elevar la producción de petróleo a cerca de 1,5
millones de barriles al día en los próximos cinco años y si el crudo y en
general el sector energético consiguen escapar a la tendencia a la baja de los
precios de los commodities, Colombia podría ver un crecimiento sustancial en el
sector energético.
"Vemos un auge del crudo que se expandirá durante los próximos tres a cinco
años", dijo José Fernando Restrepo, analista jefe de InterBolsa S.A. en
Medellín.
Igualmente, aunque los productos agrícolas han tenido un desempeño inferior a
los de otras industrias en la última década, algunos analistas ven una
recuperación en el sector de alimentos. El ministro de Hacienda, Juan Carlos
Echeverry, es uno de ellos. "Colombia es el único país de América Latina que no
tuvo un milagro económico. El país tiene cacao, aceite de palma, caucho y ganado
y cualquiera de esos podría ser ese milagro".
Colombia también ha construido una clase media que ha impulsado sectores como
el minorista, el manufacturero, de comunicaciones, vivienda, transporte y
turismo. También tiene una población joven, un factor clave para guiar el
crecimiento. Cuarenta por ciento de los colombianos tiene menos de 20 años y 80%
es menor de 50.
El gobierno colombiano también ha prometido gastar US$100.000 millones
durante los próximos 10 años en la reconstrucción de la infraestructura. El
presidente Juan Manuel Santos también ha dicho que construirá 100.000 viviendas
gratis para los pobres y otorgará 140.000 hipotecas a las familias de bajos
ingresos.
El riesgo para los dos países es que la desaceleración en los commodities se
intensifique. Si la demanda, especialmente de China, se enfría o si la violencia
se recrudece, Colombia podría perder impulso. Al igual que Perú, el país tiene
una gran cantidad de pobres que no se han beneficiado del auge. De hecho, la
tasa de desempleo de Colombia, de 10,8%, es una de las peores en
Latinoamérica.
"Mi cálculo es que si China sigue creciendo al menos 7%, estaremos bien",
dijo Echavarría.
Tomado de Marketwatch
No hay comentarios:
Publicar un comentario