domingo, 20 de enero de 2013

El yen, catalizador del apetito por el riesgo


Sin duda, es el gran protagonista de los mercados en el arranque de 2013. La debilidad de la moneda nipona no solo repercute en la economía japonesa, sino que posee una trascendencia mucho mayor. Sobre todo, porque sus caídas están engrasando la maquinaria del apetito por el riesgo. O lo que es lo mismo, constituyen el 'trampolín' que está impulsando a la renta variable internacional.


El año ya ha consumido tres semanas. Demasiado poco tiempo para extraer conclusiones definitivas... pero el intervalo suficiente para intuir por dónde pueden ir las cosas en los mercados en 2013. Porque las intenciones de los inversores están claras, y entre ellas destacan sus prisas por comprar renta variable y por vender yenes japoneses. ¿Casualidad? En absoluto. El yen desempeña un papel crucial en el engranaje financiero internacional. Lleva siendo así, especialmente, desde el inicio de la crisis financiera en 2007. ¿De qué modo influye en los mercados? Actuando como el principal termómetro de la confianza de los inversores. Cuando manda el miedo, la divisa japonesa se aprecia con fuerza. Y cuando retorna el apetito por el riesgo, pasa a debilitarse. "Desde 2007 se ha ido revalorizando cada vez que asistíamos a un nuevo capítulo de la crisis y el suelo del euro-yen ha ido marcando los suelos de las bolsas, especialmente la europea", confirma Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.

Eso mismo es lo que está ocurriendo en los primeros compases de 2013. Aunque de forma acelerada, prolongando de este modo la secuencia que ya se vio en la recta final de 2012. "Los inversores están saliendo de los activos refugio y tras las decisiones de los bancos centrales en el mes de septiembre ha vuelto a activarse el carry trade que tanto ha beneficiado históricamente a los activos de riesgo", constata Miguel Paz.

Todos contra el yen

Para poner en marcha ese carry trade, resulta preciso contar con una divisa que actúe como financiadora. Es decir, que proporcione a los inversores munición -en forma de financiación barata- con la que disparar luego en los mercados. Esa función recae fundamentalmente en el yen -y en menor medida en el dólar- en los últimos años.

Por eso, cuando los inversores escucharon las intenciones del nuevo Gobierno japonés de presionar a su banco central para que debilite la divisa nipona e imprima más yenes, afilaron sus garras. Más aún, en un contexto en el que la crisis del euro se ha relajado gracias al Banco Central Europeo (BCE) y en el que otros bancos centrales, principalmente la Reserva Federal (Fed) estadounidense, están inyectando más liquidez en el mercado.

Por tanto, todo ha ido a favor de los activos con riesgo, con la bolsa como mayor exponente, en el comienzo de 2013... y todo ha ido en contra el yen, que esta semana ha caído a mínimos contra el dólar desde 2010 y contra el euro desde 2011. Y todo ello a la espera de una cita clave, la reunión del Banco de Japón del 22 de enero, en la que confirmará -o desmentirá- las expectativas de que el futuro del yen es bajista.

Pedro Calvo
eleconomista.es

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