miércoles, 16 de enero de 2013

La ganancia de J.P. Morgan se dispara


El mayor banco de Estados Unidos por activos fue catapultado al centro de la escena a comienzos de abril luego que sus enormes y complejas operaciones con contratos de canje por incumplimiento crediticio relacionados con bonos corporativos cayeron bajo un intenso escrutinio durante la debacle de la llamada "ballena de Londres". Las pérdidas en la oficina general de inversiones, que invierte el exceso de efectivo del banco, contaminaron la reputación del presidente ejecutivo James Dimon como uno de los mejores administradores de riesgo del sector. 


El lunes, el banco fue golpeado por cuatro medidas de cumplimiento de la ley por parte de los reguladores de Estados Unidos sobre los vacíos gerenciales que permitieron a un pequeño grupo de operadores con sede en Londres acumular pérdidas por más de US$6.000 millones el año pasado. El miércoles, J.P. Morgan dijo que la tesorería y la oficina general de inversiones del banco habían registrado una pérdida neta de US$157 millones en el cuarto trimestre, frente a la ganancia neta de US$417 millones de un año atrás.

De manera separada, el banco reveló el miércoles un reporte interno que detalla los errores y la omisiones de los ejecutivos que jugaron un rol en los problemas de intermediación, como la directora general de inversiones Ina Drew, quien dejó el banco, y Douglas Braunstein, quien era director general financiero durante el episodio y que desde ese momento se transformó en vicepresidente del directorio.

J.P. Morgan también formó parte de un grupo de 10 bancos que la semana pasada dijeron que pagarían US$8.500 millones para cerrar una investigación de los reguladores y finalizar un proceso abierto en 2011 en medio de la ira pública sobre las prácticas de ejecución de los bancos.

J.P. Morgan había dicho previamente que registraría un cargo antes de impuestos por US$700 millones en el cuarto trimestre relacionado con el costo de la conciliación.

Dimon dijo que los resultados del trimestre "reflejaron un fuerte desempeño subyacente prácticamente en todas nuestras operaciones", destacando el "fuerte crecimiento de los préstamos y depósitos".

En el trimestre, J.P. Morgan reportó una ganancia de US$5.690 millones, o US$1,39 por acción, un aumento frente a los US$3.730 millones, o 90 centavos por acción, de un año atrás.
El último período incluyó una ganancia neta por acción de cuatro centavos relacionado con una conciliación por ejecuciones, ajustes en las valuaciones de débito y otras partidas. El período del año anterior incluyó cargos netos de seis centavos por acción relacionados con ajustes en las valuaciones de débitos, reservas para litigios y los beneficios por reducciones en las reservas para pérdidas en préstamos.

Los ingresos sobre una base administrada, que excluye el impacto de la titulización de tarjetas de crédito y se realiza sobre una base equivalente a impuestos, crecieron 9,8% a US$24.380 millones.

Según una encuesta de Thomson Reuters, los analistas esperaban recientemente, en promedio, una ganancia por acción de US$1,16 sobre ingresos de US$24.420 millones.

Los gastos no atribuibles a intereses crecieron 10% a US$16.050 millones.

En general, las provisiones para pérdidas en créditos del banco —los fondos reservados para manejar futuras pérdidas en créditos— totalizaron US$656 millones, un descenso frente a los US$2.180 millones de un año atrás, y de los US$1.790 millones del tercer trimestre.

El brazo de banca de inversión de J.P. Morgan registró una ganancia de US$2.000 millones, más del doble de un año atrás, pero prácticamente sin variación respecto del tercer trimestre.


WSJ

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