Entre los mecanismos que tendrá a mano el
Gobierno para alimentar la oferta de dólares en el Sicad figura la posibilidad
de continuar incrementando la deuda de la Nación.
La República, sus organismos descentralizados o
cualquier otro ente podrán emitir bonos en dólares que las empresas, o personas
naturales, pagarán en bolívares y luego revenderán en el exterior para obtener
las divisas.
Paradójicamente al anunciar la eliminación del
Sitme, el sistema que ahora será sustituido por el Sicad, el ministro de
Finanzas Nelson Merentes destacó que "el Sitme se nutría tanto de deuda del
Ejecutivo como de Pdvsa. Un mecanismo que se nutra de deuda no es sostenible en
el tiempo".
Para surtir al Sitme el Ministerio de Finanzas
y Pdvsa emitieron deuda por 17 mil millones de dólares a elevadas tasas de
interés que tendrá que ser cancelada en el futuro.
Aparte del endeudamiento, está previsto que el
Sicad se alimente de divisas en efectivo provenientes del Fonden, un fondo donde
el Gobierno almacena parte de los petrodólares, las reservas del Banco Central y
lo que quieran colocar las empresas privadas.
Las reservas de dólares en efectivo del Banco
Central se encuentran en torno a 3 mil millones, una cifra que no permite mayor
flexibilidad porque aparte del Sicad esta alcancía tiene que abastecer a Cadivi,
el organismo que distribuye las divisas para las importaciones esenciales.
La disponibilidad del Fonden no es transparente
pero no debe ser muy alta en un entorno donde la falta de dólares para importar
ha generado escasez de alimentos y papel higiénico, mientras que la posibilidad
de que el sector privado traiga divisas en términos importantes, luce poco
probable en medio del control de cambio.
Todo indica que en el mediano plazo el Sicad
podría convertirse, al igual que el Sitme, en un sistema que incremente
constantemente la deuda en divisas de la República que al cierre del primer
trimestre y tras duplicarse en los últimos cinco años ya representa 105 mil
millones de dólares y alrededor de 50% del PIB.
Pierde brillo
Aparte de los dólares en efectivo las reservas
del Banco Central, es decir, la alcancía de divisas que permite pagar deuda
externa e importaciones se compone fundamentalmente de barras de oro y no hay
buenas noticias en cuanto al valor del metal precioso.
Tras las señales de que la Reserva Federal de
Estados Unidos disminuirá la inyección de liquidez y de que se aproxima un alza
en las tasas de interés el oro ha perdido atractivo y en el segundo trimestre
registró un declive de 25%.
El resultado es que las barras de oro que tiene
el Banco Central, que equivalen a 70% de las reservas internacionales, valen
menos.
Si se utiliza la metodología que aplica el BCV
de calcular el valor de acuerdo al precio promedio de cada seis meses, la firma
Síntesis Financiera precisa que al cierre del primer semestre representarían 17
mil 900 millones de dólares, cifra que se traduce en un descenso de 2 mil
millones versus el cierre de 2012.
Pero si se calcula el valor actual de las
barras de oro de acuerdo con el precio de cierre del pasado viernes, el declive
es de 5 mil 292 millones de dólares.
En 2011 el Gobierno decidió traer del exterior
el oro del país y resguardarlo en las bóvedas del Banco Central, algo que tiene
consecuencias.
Tesoreros explican que si se profundiza la
caída en los precios del oro y el Banco Central decide vender parte de las
reservas no podrá hacerlo a menos que, a elevados costos, nuevamente traslade
las barras doradas al exterior.
La elevada proporción de oro en sus reservas
convierte a Venezuela en el país más vulnerable de América Latina a las
fluctuaciones en el precio del metal.
Victor Salmeron
El Universal
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