jueves, 3 de enero de 2013

Los BRICS pierden fuerza en la economía global


El acrónimo alude a algunas de las estrellas de los mercados emergentes, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que juntos representan 40% de la población mundial. Pero solamente uno de estos países, China, tiene la fuerza suficiente para causar un impacto importante a nivel internacional y recién empieza a salir de una desaceleración. Los restantes cuatro miembros del club afrontan varios desafíos económicos, desde inflación y un nivel inadecuado de inversión extranjera hasta disturbios laborales.

Los BRICS han realizado cuatro cumbres desde 2009 y Sudáfrica, que se integró a fines de 2010, será la anfitriona de la quinta reunión en marzo de 2013, en Durban.

No obstante, la esperanza de que estos cinco países se ayudaran el uno al otro mediante lazos comerciales más estrechos, una mayor inversión y apoyo político no se ha materializado. Observadores dicen que son rivales casi con la misma frecuencia que aliados y la falta de cohesión agrava sus problemas económicos.

China se queja de que el resto de los BRICS interponen cada vez más demandas de anti-dumping en su contra, acusándola de vender sus productos a precios inferiores a los del mercado interno. Brasil ataca las restricciones de Moscú contra las importaciones agrícolas brasileñas. Rusia, a su vez, trata de convertirse en una potencia agraria, lo cual inevitablemente intensifica su competencia con Brasil. El enfriamiento de las economías de China e India ha reducido los precios de las materias primas, lo que perjudica a Sudáfrica y Rusia.

"Los BRICS no sólo tienen que ver con la economía", indicó Fyodor Lukyanov, analista que preside una influyente junta de asesoría de política exterior del Kremlin. "El bloque se considera como una alternativa a Occidente, aunque no una confrontacional como Irán", afirmó. En el frente económico, sus integrantes "tienen intereses diferentes y a veces incompatibles", puntualizó.

Los BRICS también se consideran a sí mismos como una alternativa al Grupo de Siete países más industrializados, conformado por Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y Japón, tanto en el ámbito político como en el económico. Pero las economías de los BRICS y del G-7 siguen entrelazadas. Cuando la crisis financiera que se originó en EE.UU. se extendió a Europa, no paró allí. Los BRICS se debilitaron al perder mercados importantes para sus exportaciones al igual que fuentes de financiamiento e inversión.

El gigantesco plan de estímulo que China lanzó en 2009 apuntaló los precios de las materias primas, lo que ayudó al resto de los BRICS. Pero la economía china perdió fuerza en 2012, al igual que lo hicieron las de Brasil, Rusia, India y Sudáfrica. JP Morganestima que las cinco economías crecerán menos en 2012 que en 2011. El banco de inversión estadounidense prevé que todas, con la excepción de Rusia, registrarán una mejora modesta este año.

China fue afectada por la debilidad de Europa y EE.UU., dos mercados que absorben una gran parte de sus exportaciones, pero también porque los líderes del país impusieron restricciones para desinflar una burbuja inmobiliaria.

Ahora, el gobierno siente que los problemas inmobiliarios y bancarios están bajo control y ha estado relajando las restricciones y aprobando más obras de infraestructura. Varios analistas pronostican que el crecimiento de China debería superar 8% en 2013.

Lo más probable es que los ligeros repuntes en el resto de los BRICS no tengan un impacto parecido al de China a nivel internacional.

La economía de India es apenas un tercio del tamaño de la de China, pese a contar con casi la misma población. Con una inflación en torno al 7% y grandes déficits en materia fiscal y en cuenta corriente, el crecimiento dejó de ser la principal preocupación del país.

Brasil, que tiene un historial de hiperinflación, está en guardia contra un aumento desmedido de los precios al consumidor.

Algunos analistas señalaron que la combinación de altos impuestos, una infraestructura deficiente y la injerencia del gobierno en algunas industrias, significan que la economía no puede expandirse más de 3,5% al año. Los intentos de incrementar ese límite de velocidad a través de paquetes de estímulo también acelerarían la inflación.

"Hay demasiados cuellos de botella económicos en este momento", dijo David Beker, economista sénior de Bank of America en São Paulo.

Rusia tiene sus propios problemas, incluyendo las penurias por las que atraviesa la Unión Europea, su principal socio comercial y el mayor comprador de gas y petróleo rusos.

En cuanto a Sudáfrica, la violencia sigue siendo el principal obstáculo para el crecimiento. Las agencias crediticias Standard & Poor's y Moody's rebajaron la calificación de la deuda del país en los últimos tres meses, indicando que temen que el gobierno no logre controlar la agitación y las tensiones sociales.

WSJ


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