lunes, 29 de octubre de 2012

El primer ministro japonés avisa del peligro de una parálisis total del Estado


El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, advirtió este lunes sobre el peligro de una parálisis completa del Estado bajo el peso de la deuda, para obligar a la oposición a votar lo antes posible una ley de financiamiento.

"Si la situación continúa, los servicios administrativos se encontrarán paralizados, lo que pesará sobre la vida cotidiana de la gente y va a obstaculizar el repunte económico", declaró Noda ante la Cámara de diputados.
Tal como ocurrió en Estados Unidos a mediados de 2011, Japón se encuentra al borde del cese de pagos debido a un desacuerdo entre la mayoría y la oposición. En Tokio, el bloque está centrado en una ley puramente técnica.

Habitualmente, la adopción de este texto que autoriza al gobierno a la emisión de bonos necesarios para el funcionamiento de los servicios centrales del Estado no es más que una formalidad, pero actualmente está bloqueada en el Senado.

El principal movimiento de derecha, el Partido Liberal Demócrata (PLD), decidió este año no votar en tanto Noda no disuelva la Cámara de Diputados para convocar a elecciones legislativas anticipadas.

El Partido Demócrata del Japón (PDJ, centro-izquierda), de Noda, tiene mayoría en la Cámara de diputados pero es minoritario en el Senado. Para la aprobación de la ley de presupuesto es necesario el voto de ambas cámaras.

En caso de no darse este voto, el gobierno de la tercera potencia económica mundial podría encontrarse sin dinero a partir de comienzos de diciembre, aún cuando la mayoría de los analistas considera este hipótesis como poco probable.

Los dos principales partidos tienen mucho que perder si crean el caos por su incapacidad de entenderse, "por lo tanto es muy poco probable que no lleguen a un acuerdo antes de finales de noviembre", comentó David Rea, del instituto de investigaciones Capital Economics.

El conflicto gira en torno a la fecha de las elecciones legislativas anticipadas, que Noda prometió al PLD a cambio de su apoyo al voto de un aumento del impuesto sobre el consumo, obtenido en agosto.

En ese momento, el primer ministro había prometido disolver la Cámara de diputados "en un futuro próximo", expresión vaga en el contexto del bloqueo actual.

Las elecciones legislativas deben tener lugar a más tardar a mediados de 2013, pero la derecha reclama que se celebren lo antes posible para beneficiarse de la impopularidad del ejecutivo, acusado de mala gestión de las consecuencias del accidente nuclear de Fukushima, debilidad diplomática frente a China y falta de decisión en lo social y en lo económico.

Esta incidente parlamentario podría ser sólo una peripecia, si no fuera porque deja al descubierto los bloqueos estructurales de la vida política en Japón lastrados por la deuda más importante entre los países desarrollados.

En 2012, el país tiene deudas que alcanzan un 236% de sus Producto Interior Bruto (PIB), por unos 12,9 billones de dólares, según el último informe mundial del Fondo Monetario Internacional, índice muy superior al de los Estados europeos amenazados por los mercados como el Grecia (170%), Italia (126%) o España (90%).

Es cierto también que más del 90% de la deuda de Japón está en manos de japoneses, lo que pone las finanzas públicas al abrigo de las veleidades de los inversores internacionales. Por otra parte, el país dispone de amplias reservas de cambio y una divisa fuerte.

Pero esta deuda va aumentando rápidamente, con un déficit público que el FMI estima en un 10% y que podría transformarse en un peso insoportable para las generaciones futuras, tanto más cuando los nacimientos son escasos y la población se va haciendo vieja, advierten numerosos expertos.

AFP

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