lunes, 1 de agosto de 2011

Y ahora conozcamos el resto de la historia (de la deuda)

Mientras el mundo observa, los encargados de formular políticas globales titubean y demoran acerca de las cargas de la deuda en Europa y los límites de la deuda en Estados Unidos. Al mismo tiempo que continúan las conversaciones sobre la deuda, estamos viendo signos de reducción del crecimiento en Estados Unidos y en todo el mundo. Se está tornando difícil separar la causa del efecto o incluso comprender si las preocupaciones acerca de la deuda y el crecimiento están vinculadas intrínsecamente. Para un inversionista que analiza los miles de problemas, una respuesta fácil sería, "Esto va a terminar mal. Denme efectivo u oro".

¿Pero es esa toda la historia? Por supuesto que no. Como inversionistas, debemos recordar que hay que leer entre líneas. Me gusta analizar atentamente los determinantes subyacentes del crecimiento. Debemos recordar que el ciclo de crecimiento continúa incluso cuando las conversaciones sobre la deuda estallan en pánico. Los políticos y observadores en la prensa continúan diciendo que esta es una recuperación terriblemente débil y que no se compara con las recuperaciones de las décadas de 1980 y 1990. Pero muchas de estas mismas personas se quejaban y se lamentaban de que las recuperaciones y expansiones de los años '80 y '90 estaban alimentadas por "demasiado crédito". Decían que estas recuperaciones y expansiones estaban reforzadas por demasiado dinero fácil para viviendas, demasiados préstamos con segunda hipoteca, un uso desmedido de tarjetas de crédito por parte de los consumidores y demasiados préstamos por las compañías para elevar las ganancias por acción.

Entonces, déjenme contarles el resto de la historia acerca de esta recuperación.

Las ganancias están aumentando en todos los sectores del mercado. Esta tendencia se está produciendo aunque las compañías no han asumido más deuda relativa al tamaño de sus balances. Se está produciendo con menos deuda en proporción a los títulos de renta variable o "apalancamiento".
El gasto de consumo está aumentando a un ritmo controlado y razonablemente constante. Este aumento se está produciendo a pesar del bajo crecimiento laboral y sin préstamos con segunda hipoteca, tarjetas de crédito o hipotecas sin pagos iniciales.

La construcción de nuevas viviendas representó el 6% de toda la economía estadounidense en los períodos de valores máximos de 2006 y principios de 2007. Pero ahora la construcción de residencias en Estados Unidos se encuentra en el nivel más bajo - menos del 2% de la economía estadounidense, o el producto interno bruto, y aún así la economía es mayor que en 2006 y 2007. De alguna manera, la economía se adaptó y encontró nuevas maneras de vender productos y servicios. Resulta difícil imaginar que un mayor deterioro de la construcción de viviendas lleve nuevamente la economía al límite.

Las ventas de automóviles están muy por debajo de los valores máximos históricos. Al mismo tiempo, el automóvil promedio es hoy más antiguo que en todos los otros períodos posguerra, y el número promedio de semanas de salario (26) que le lleva a un trabajador comprar un automóvil está por debajo de un valor mínimo récord de posguerra. Dadas estas condiciones, resulta difícil imaginar que el sector automotriz pueda debilitarse aún más.

Los gastos empresariales han estado bajando, y se han rezagado particularmente los gastos en artículos de precios altos. Por lo tanto, es probable que veamos un aumento en lo que llamamos gastos diferidos a medida que se deterioran los equipos y el software de la planta. Estos gastos son particularmente probables dado que los saldos de caja están cerca de los valores máximos récord en las compañías públicas de EE. UU.

La deuda de gobierno está aumentando, pero la relación entre deuda y activos y entre deuda y activo neto está descendiendo para los consumidores y las compañías. En otras palabras, el aumento en el crecimiento económico estadounidense se está cumpliendo sin exceso de expansión de deuda privada - el apalancamiento no está jugando un papel importante en esta expansión.
Entonces, mientras analizamos la economía como un todo, debemos preguntarnos qué es mejor: ¿una tasa de crecimiento real promedio del 2% que es orgánica y está impulsada por gastos cautelosos, o un crecimiento real del 3,5% a 4% potenciado por expansión de deuda y, de ese modo, en riesgo de colapsar al final del ciclo si las tasas aumentan y la deuda se reduce?

Creo que en algún momento la historia mirará el ciclo económico actual y le dará una calificación mucho más alta de lo que muchos le están dando hoy. Esta recuperación es más atenuada y está alimentada por un crecimiento que no depende del apalancamiento. Esta no es una recuperación/expansión en "esteroides". Por lo tanto, creo que es probable que esta fase ascendente sea más sostenida y duradera que las recuperaciones pasadas. También será menos vulnerable que otras recuperaciones a una repentina contracción del crédito.
James Swanson, CFA 
MFS.

Las opiniones expresadas pertenecen al autor y están sujetas a cambio en cualquier momento. Estas opiniones sólo tienen fines informativos y no se deben considerar como recomendaciones, ofertas o consejos de inversión por parte del Asesor.

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